Cómo saber las razones por las cuales a mi hijo se le da mal el inglés. Cursos de Inglés ONLINE
- Patricia Mendez
- hace 1 hora
- 4 Min. de lectura
Este es un melón…
Creemos que todos tenemos que aprender inglés. Y encima repetimos esa frase mágica de “a mí se me da bien / a mí se me da mal”. Como si no hubiera líneas grises aquí.
Hoy vengo a abrir este melón con cariño. Si eres profe, ojalá te inspire a probar estrategias y dinámicas que sí funcionen. Si eres familia, que te ayude a entender la raíz del problema y a mirarlo con más calma para buscar soluciones, no culpables.

1) La biología de tu hijo (sí, sus tendencias de serie)
Los niños nacen con tendencias: conductuales, de interés, de energía. Un 50% es suyo y un 50% heredado. No a todos les interesa lo mismo ni aprenden igual.
Si conoces las Inteligencias Múltiples (Gardner), ya sabes por dónde voy. Y ojo con esto: no es que haya niños “de inglés” y niños “sin inglés”; es que son 7 de cada, y cada criatura trae su combinación.
Lingüística: se expresa fácil, pilla estructuras.
Interpersonal: quiere conectar, hablar, jugar con otros.
Musical: ritmo y melodía; aquí vive la fonética.Estas tres predisponen mucho al idioma.
Pero las otras también cuentan si las usamos bien:
Lógico-matemática: disfruta patrones y reglas → gramática como “puzzle”, no como dictado.
Corporal-kinestésica: movimiento, teatro, dramatizaciones, juegos de rol.
Intrapersonal: necesita seguridad y propósito; sin eso, no abre la boca.
Naturalista: engancha si el inglés aparece en proyectos, entorno, explorar “cosas reales”.
No sirve poner a todos a estudiar gramática en un libro. Un lógico-matemático pide retos y patrones; un interpersonal, hablar y rol-play; un musical, cantar; un kinestésico, escenificar. Porque son 7 de cada.
Y un apunte que veo mucho: familias que dicen “se le da mal el inglés” pero domina castellano y catalán. ¿Entonces? Ahí no es “capacidad lingüística cero”; ahí hay otra causa (método, motivación, entorno…).
2) La cultura de tu familia con el inglés
La mitad de esto se cocina en casa. Muchas veces queremos que nuestros hijos hablen inglés porque nosotros no lo logramos. Y aquí nace el lío: se mezcla tu historia con su proceso.
Señales de cultura que bloquea:
“Yo estudié años y nunca aprendí.”
“Por no saber inglés, no conseguí X.”
“Tú tienes que hacerlo para que te vaya mejor.”
En casa no hay exposición: todo en castellano/catalán, cero VO, cero música, cero juego en inglés.
Señales de cultura que predispone:
“Aquí el inglés es natural: música, pelis, raticos en VO.”
“Yo también aprendo contigo.”
“Los domingos, 15 minutos de ‘solo inglés’ en familia.”
“Celebramos los intentos, no corregimos a cuchillo.”
3) Factores fisiológicos (la palabra es esta)
No lo impiden, pero sí cambian el camino y exigen adaptar el método: Dislexia, Disgrafía, TDAH, Discalculia (afecta procesamiento secuencial y patrones), TEL (Trastorno Específico del Lenguaje), TEA
Aquí no hay culpa; hay ajuste pedagógico: tiempos, materiales, apoyos visuales, multisensorial, objetivos realistas.
4) Conexión con la vida real (sin vida, no hay lengua)
Si el inglés aparece 1 hora a la semana y además en un formato que no te gusta, el proceso será lento y frustrante.Psicológicamente, pasa esto: como en otras áreas crezco y aquí no, castigo el inglés (“no valgo”, “no es lo mío”). Y me cierro.
La salida: hacerlo vivo. Peli en VO con subtítulos, música, videojuegos, retos reales, notas de voz a un profe, un “penpal”… algo que importe a tu hijo.
5) El entorno escolar (cuando el inglés se vive, despega)
Lo he visto mil veces: niños que entran sin “pillar nada” y en menos de un año hablan con soltura cuando el entorno escolar respira inglés.
¿Qué frena en muchos coles (sobre todo en España)?
Se traduce todo.
En pasillos y entre profes no se usa el inglés.
El nivel medio es bajo y se normaliza: “así vamos todos”.Resultado: no se vive el idioma; se rellena ficha.
6) Enfoque pedagógico y vínculo con el profe
Si conecto con el profe, sube la curva. Si el método mete gramática pronto y mi comprensión oral aún no existe, me bloqueo.
Lo sano: de Infantil a Primaria, mucha comprensión y oralidad; que el libro llegue cuando ya entiendo. Si lo haces al revés, acabas la escolarización escribiendo… pero sin hablar y sin entender a un nativo en un viaje.
Vale, ¿y ahora qué? (soluciones amorosas, no castigos)
Toma papel. De todo lo anterior, subraya lo que te ha resonado. Ahí está tu pista.
Si es biología / inteligencias: adapta el foco.
Interpersonal → conversación, juegos de rol, proyectos en equipo.
Musical → canciones, ritmo, “shadowing”, rimas.
Lógico-matemática → patrones, gramática como puzzle, retos.
Kinestésica → teatro, mímica, TPR (Total Physical Response).
Intrapersonal → metas pequeñas, diario de progreso, seguridad.
Naturalista → proyectos reales: plantas, clima, bichos, excursiones en inglés.
Lingüística → lectura graduada + mini-escritura con feedback amable.
Si es cultura familiar: cambia el clima, no solo el discurso.15 minutos diarios “mini-exposición” (música, dibujo, juego, VO). Tú también practica.
Si hay factores fisiológicos: evalúa, adapta, multisensorial y tiempos más amables. No compares curvas.
Si falta vida real: mete usos reales (audios, notas de voz, retos semanales, peli VO el viernes con palomitas y pausa-explicación).
Si el problema es el entorno escolar: busca un espacio complementario donde el inglés se hable (clase online viva, intercambio, club de conversación).
Si no conectas con el enfoque/profe: cambia de enfoque sin miedo. Tu hijo no es el problema; la mezcla método-momento-persona puede serlo.
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